Un sistema para habitar el sonido
Un sistema musical que cambia la pregunta, no la respuesta.
Lenguaje no funcional para improvisar, componer y analizar desde un centro que se afirma por escucha.
El Sistema SMOB propone un marco musical contemporáneo para organizar, escuchar y crear desde un centro que se habita, no que se impone.
Frente a los modelos tonales y modales tradicionales, el SMOB no se articula en torno a funciones jerárquicas ni a la necesidad de resolución. La estabilidad y la tensión conviven en un mismo campo sonoro.
El sistema se basa en una escala madre octatónica de blues (Modo I), de la cual se derivan ocho modos relacionados. Cada cambio de centro implica una resignificación simbólica del material.
El SMOB no amplía un sistema existente: plantea un marco propio desde su origen.
El Sistema SMOB no surge como una ampliación de modelos existentes, sino como una respuesta a sus límites históricos.
Durante siglos, la música occidental ha evolucionado extendiendo sistemas heredados: la tonalidad se cromatizó, la modalidad se reinterpretó, las escalas se acumularon como recursos aplicables. En muchos casos la lógica subyacente permaneció intacta.
El Sistema SMOB no sigue ese camino. No añade complejidad a un marco previo ni propone nuevas opciones dentro del mismo juego. Plantea un cambio de enfoque: el centro deja de depender de la función armónica y pasa a afirmarse por la escucha habitada.
En el SMOB, la pregunta ya no es “¿a dónde resuelve esto?”, sino “¿desde dónde estoy escuchando?”.
Este desplazamiento —del mandato funcional a la decisión auditiva— no es un detalle técnico. Es un cambio de paradigma en la concepción del lenguaje musical.
El Sistema SMOB no está diseñado contra la tonalidad. El sistema puede comportarse y utilizarse tonalmente cuando la intención musical lo requiere: establecer centro, generar dirección y producir reposo de forma clara.
La diferencia es conceptual: en el SMOB la tonalidad no actúa como una ley inevitable, sino como una posibilidad interna. La función no desaparece; se vuelve voluntaria.
La música del siglo XXI convive con demasiadas lenguas a la vez: tonal, modal, cromática, híbrida, electrónica, popular. El SMOB aparece como una forma de unificar experiencia sin imponer dogmas.
Hoy el músico necesita un lenguaje que permita densidad y libertad sin caer en dos extremos: la obediencia a la cadencia (seguridad a costa de repetición) o la ausencia de centro (libertad a costa de pérdida de orientación).
El SMOB propone una tercera vía: un espacio donde el centro no se “demuestra”, sino que se habita; donde la tensión no se prohíbe, y el reposo no se exige.
En otras palabras: no es un recurso para salir de un sistema, sino un sistema para quedarse y crear dentro de él.
El Sistema SMOB no promete respuestas rápidas. Promete algo más raro: un lugar donde quedarse.
Un lugar donde la música no empuja al intérprete hacia una resolución obligatoria, pero tampoco lo abandona al vacío. Donde cada nota puede respirar sin pedir permiso, y cada centro puede afirmarse sin demostrarse.
El SMOB ofrece al músico la posibilidad de:
No es un sistema para “salir” de la música conocida. Es un sistema para entrar más profundamente en ella.
Este sitio funciona como un umbral: presenta el paisaje sin desvelar el método.
El desarrollo completo del Sistema SMOB forma parte de un tratado teórico propio en elaboración.
Cuando el tratado esté publicado, aquí aparecerá el acceso oficial.